Sabemos que el gran purificador de la sangre es el oxígeno. Cuando la sangre pobre en oxígeno circula por nuestras arterias, se reduce la vitalidad de nuestras células. Un criterio importante de salud consiste en la oxigenación de los tejidos; de ahí la importancia de practicar ejercicios que impliquen todo el cuerpo.
Cuando se respira profundamente después de haber hecho ejercicios físicos, se absorbe más oxígeno y se elimina más anhídrido carbónico; esto aumenta el vigor y el dinamismo.
Esta técnica se imparte de la mano de profesores autorizados.
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